Cada vez más, las entidades nacionales e internacionales, reconocen en "lo local", capacidades para construir estrategias innovadoras y concretas ante los retos globales.
Hoy, son múltiples las oportunidades que se abren desde la perspectiva del localismo para que la ciudadanía participe de manera cotidiana en procesos para diseñar futuros.
En mayo de 2004, representantes gubernamentales de todo el mundo, signaron un compromiso con los Derechos Culturales, la democracia participativa, la diversidad cultural, la sostenibilidad y la paz.
La amplia adopción de la Agenda 21 de la Cultura, un hito que ha contribuido a reafirmar el tramo de responsabilidad de los gobiernos locales con el cumplimiento de los tratados internacionales y el interés por acrecentar su participación en los procesos de intercambio internacional.
En años recientes, la conformación de redes de ciudades y gobiernos de ciudad, ha favorecido una participación más activa y visible de los agentes locales en la agenda internacional del desarrollo.
De manera más reciente, el 04 de junio de 2019, fue aceptada la solicitud del H. Ayuntamiento de San Luis Potosí como una de las primeras ciudades, en adherirse a la Red IberCultura Viva de Ciudades y Gobiernos Locales, articulación promovida desde la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB). Los gobiernos de los países y de las municipalidades que actualmente participan en este programa de cooperación, se han comprometido a revisar y fortalecer sus políticas públicas en beneficio de los procesos de desarrollo cultural que involucran a organizaciones sociales de base y comunidades culturales.
Así mismo, el 28 de agosto de 2019, el gobierno capitalino, suscribió un convenio con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), a fin de permitir la cooperación entre la ciudad y esta agencia, para el impulso de acciones en favor de los derechos culturales y de la formulación de políticas públicas de cultura.
Es justo la firma de este convenio, lo que permite al gobierno municipal potosino, recibir asistencia técnica de la UNESCO en el proyecto de elaboración de la Carta de nuestra ciudad por los Derechos Culturales.
El proceso de fortalecimiento institucional y normativo al que apuesta actualmente la ciudad de San Luis Potosí, se encuentra apuntalado en instrumentos de cooperación internacional que, además de enriquecer el proceso local a través del vaivén de conocimientos y experiencias, permiten estrechar la colaboración entre entidades supranacionales y comunidades para el cumplimiento de la agenda del desarrollo sostenible y el marco de tratados internacionales en materia de cultura.
Los acuerdos que ha suscrito nuestra ciudad con la SEGIB y la UNESCO, son una afirmación de la importancia de la participación de los gobiernos locales en el sistema que vela por la democracia cultural a nivel internacional.
El papel de la UNESCO en el proceso
La representación de la UNESCO en México, particularemente, su Coordinación de los Sectores de Cultura y Ciencia, dotará a este imaginario de un acompañamiento global y sustantivo.
Tendrá entre sus tareas, dar aprovisionamiento de materiales clave, emisión de encomiendas oficiales, sistematización general de las labores de participación social y observación activa de la aplicación metodológica y del procesamiento científico de los trabajos; todo ello, en aras de edificar la redacción puntual de la Carta; realizando lecturas críticas que doten de un sello de calidad al futuro documento a través de la mirada de personas expertas.
La Agencia efectuará recomendaciones en materia de Derechos Culturales y emitirá informes de la Relatoría Especial en Derechos Culturales de las Naciones Unidas. Así mismo, realizará la conciliación internacional del documento, sus alcances y su proceso de construcción, con la Recomendación General 21 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y con sus seis convenciones en materia de cultura.
El papel de IberCultura Viva en el proceso
La Carta, ha de prever una visión por la acción afirmativa, desde la que se distinga como fundamental, encaminar los trabajos públicos para garantizar y favorecer el ejercicio y la protección de los Derechos Culturales de aquellas minorías, poblaciones o grupos histórica y estructuralmente vulnerados, a fin de acelerar la generación de equilibrios hacia el bienestar y buen vivir.
Esto implica trazar una ruta estratégica, colectiva y de corresponsabilidad, hacia futuros consensuados como los más urgentes, relevantes y compartidos.
Desde esa perspectiva, el Programa IberCultura Viva de la Secretaría General Iberoamericana se incrusta como un observador vital, aprovisionando al proceso, un norte que garantice la utilidad pública de la Carta, es decir, un instrumento práctico y vinculante a la acción institucional, responsivo en lo inmediato para la mejora de las condiciones de vida y el buen vivir de las comunidades en el territorio, priorizando enfoques de interculturalidad, en favor de las organizaciones y redes culturales de base comunitaria.
Comentários